aburrase de leer a las 4 de la mañana y después durante su jornada se acordara de mi.
lunes, 26 de julio de 2010
viernes, 2 de julio de 2010
jueves, 1 de julio de 2010
el temporal y la tortuga mineral.
Era hace una vez una tortuga que resguardada estaba del temporal de agujas. En su eje, oblicuas y violentas caían las gotas de tan particular lluvia. En el interior de su caparazón de ópalo y ébano se escondía la tortuga, pues no le gustaba mojarse de esa forma, ni de ninguna.
Cuando escampaba la ira celeste, caminaba titubeante por encima de las múltiples cefaleas metálicas, doblando sus cuellos y quebrando sus bóvedas, de las cuales salían a borbotones los caudales de piedras de lapizlasuli y jade.
La pobre tortuga no sabía para donde iba, había escuchado alguna vez que desde galápagos provenían sus congéneres, pero no tenia idea de como llegar. Alguien por ahí también le habían dicho que Sir Charles Darwin podría ayudarle, pero últimamente no se encontraba muy bien de salud, no habría comido mucho y estaba en los huesos. De saber donde es el asunto, solo seria cosa de remontar vuelo y estaría en su tan anhelado hogar.
En múltiples círculos giro la tortuga en la suma de la sucesión de los "escampes". Tu estas lloviendo le decía su conciencia, cada vez que llegaba donde empezó.
Ya atormentada por el angustiante alarido del choque de las agujas en su escudo mineral y del clamor de criaturas remotas que carecían de dicha barrera natural, se paro mirando a la nada con la baba escurriendo por la comisura de su abierto hocico, al tiempo que la absolutisima inexistencia se tornaba tan material, mientras las agujas caían en su eje, oblicuas y violentas revotando y girando en el aire. El ébano se transformo en un camino estacado entre el ópalo que reflejaba las nubes férricas.
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